Para el proceso de lavado de superficies de concreto se deben utilizar siempre productos y mano de obra especializados, con métodos de limpieza que no produzcan desgaste o abrasión de la superficie, ni ataque químico del sustrato, como bases o ácidos fuertes.
Además, estas soluciones solo deben emplearse en bajas concentraciones y con los aditivos químicos de control como amortiguadores de pH y tensoactivos de enjuague (detergente o champú).
Las lesiones por errores de lavado pueden ser irreversibles, por esta razón se deben hacer muestras previas de la eficacia de los productos antes de la aplicación general, solicitar a los fabricantes sus fichas técnicas con anticipación y acogerse a sus recomendaciones.
No es recomendable encargar el lavado a personal que no sea calificado o sin experiencia. Las actividades de lavado deben incluir la protección de los elementos, del personal de obra y de los usuarios que pudieran resultar afectados o lesionados con los productos de limpieza o con sus enjuagues.

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Realice un lavado general con agua y tensoactivos:
El lavado es el proceso para remover grasas, residuos del curador o suciedad que estén adheridos a la superficie del concreto. Para un correcto lavado recuerde:
- Limpiar la superficie con un cepillo de cerdas duras o una espátula para remover partículas sueltas o residuos.
- Lavar con agua a temperatura ambiente o caliente, sin superar los 70 °C y con productos de limpieza especiales, que generalmente son tensoactivos (detergente con pH neutro o champú), en la dosificación indicada por el fabricante.
- Antes de que se seque el limpiador, es importante enjuagar muy bien el concreto con agua limpia usando un cepillo. Se puede enjuagar a presión que no supere los 400 psi; el lavado a presión debe usarse con precaución para no producir marcas de abrasión en el concreto. Este lavado elimina los residuos de desmoldante, polvo y otras manchas menores.
- Dejar secar la superficie por mínimo dos días antes de sellar o hidrofugar.



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Eliminar manchas de eflorescencias
La eflorescencia es un proceso que puede ocurrir naturalmente en productos base cemento, pero existen técnicas y remedios para minimizar este efecto. La ACI 116R define eflorescencia como “un depósito de sales”, usualmente blancas formado en la superficie. Esta sustancia emerge a través de la acción capilar en el concreto, y subsecuentemente es precipitada por carbonatación, o simplemente evaporación.
Aunque la eflorescencia no compromete la integridad del concreto, el efecto que causa en la parte estética constituye un problema a considerar y más aún en superficies de concreto de color.
¿Qué hacer si después del lavado la superficie presenta eflorescencias?
Si después del lavado, se presentan algunas eflorescencias en la superficie, se recomienda el uso de agentes químicos. Estos se clasifican en agentes ácidos o básicos, solventes orgánicos (decapantes y desengrasantes) y detergentes no espumosos (no iónicos).
Los limpiadores deben ser específicamente para concreto de manera que minimicen los efectos nocivos potenciales. Existen algunos limpiadores selectivos para manchas de óxidos de hierro, biosidas para el control de lama y hongos, decapantes para retirar ceras, curadores o grasas o solventes especializados para eliminar pinturas y grafitis.
El lavado con estos productos es efectivo para liberar las manchas pero esta reacción debe ser permitida durante muy corto tiempo, pues si los ácidos o residuos permanecen en contacto con el concreto, pueden llegar a afectar los elementos estructurales y la estética del concreto a la vista.
Para esta actividad:
1. Sature la superficie del concreto con agua mínimo dos horas antes del tratamiento, para evitar que el ácido penetre a través de los capilares del concreto y solo actúe en la superficie.
2. Aplique ácido nítrico, clorhídrico o muriático diluido en una proporción de 1:5 a 1:10 partes de ácido y agua sobre la zona afectada, utilizando un cepillo de cerdas plásticas duras, deje actuar entre 10 y 30 segundos. Para este paso se recomienda realizar una prueba en una zona menos visible dentro del proyecto, para buscar lo dosis óptima de ácido que produzca el mejor desempeño.
3. Posteriormente enjuague con abundante agua para retirar el ácido y evitar que este siga actuando.
Protección y mantenimiento
Las superficies de concreto arquitectónico se deben proteger contra la penetración de agua, de grasas, agentes químicos y contra el desgaste o abrasión. Lo cual reduce de forma sustancial el costo de mantenimiento de dichas superficies.
- Se recomienda el uso de hidrófugos que protegen contra la penetración de la lluvia; o para resaltar y homogenizar la tonalidad y el color de fachadas en concreto. También pueden usarse hidrófugos con siliconas que penetran en sustratos húmedos, y además del agua, repelen el polvo y el material particulado de la atmósfera (hidrófugos antipolvo).
- Pueden usarse también selladores que protegen, además de la penetración del agua, del ensuciamiento con grasas y aceites. Algunos selladores pueden actuar como barrera antigrafiti que facilitan la remoción de la pintura.
- En superficies tanto interiores como expuestas a la intemperie como zonas de circulación de personas, niveles inferiores de muros y columnas expuestas a la contaminación se pueden aplicar selladores que no formen película y mejoren la resistencia a ácidos, álcalis, químicos orgánicos e inorgánicos, aceites y grasas.
- En concretos pigmentados pueden usarse hidrófugos entonados, que además de proteger la superficie realzan la tonalidad para mejorar el color y el aspecto del concreto.


Ejemplo de aplicación de selladores de superficie con rodillo o por aspersión. Fotos: Archivo Argos.