RESUMEN:
Como siempre se ha sabido, los Países Bajos tienen grandes inconvenientes para la construcción de viviendas debido a las inundaciones y escasez de espacio. La cuarta parte de este país se encuentra 6.7 metros bajo el nivel del mar, además de contar con una densidad poblacional similar a la de Corea del Sur de alrededor de 488 habitantes por kilómetro cuadrado.
Es por esto que en Ámsterdam se ha llevado a cabo un proyecto de construcción de casas flotantes como un tipo de vivienda alternativa para zonas inundables.

Actualmente, existen tres tipos de edificaciones sobre el agua: las primeras son las conocidas palafitos, las cuales tienen unos pilotes de madera que las eleva, ya sea sobre el nivel de algún cuerpo de agua o sobre un terreno pantanoso propenso a inundaciones y que son muy comunes en pueblos de pescadores; la segunda tipología son las casas sobre el agua, las cuales son muy parecidas a un barco en el sentido en que se pueden desplazar de un sitio a otro; y la nueva tipología de casas flotantes que se diferencian de las últimas es en que van ancladas de tal manera que evitan desplazamientos y los movimientos de la marea, dándole la confortabilidad de una casa tradicional.



Las casas flotantes tienen una arquitectura similar a un edificio pero se basan en los conceptos de flotabilidad de un barco, lo cual es posible por medio de la construcción de un “vaso” de concreto reforzado que debe estar completamente sellado y ser homogéneo. Aunque parezca extraño que la estructura que le da flotabilidad a la casa sea de concreto, este material fue uno de los utilizados en la construcción de barcos norteamericanos en la segunda guerra mundial. Por otro lado, es un material que no presenta procesos de corrosión tan fácilmente, que es más económico que una estructura exclusivamente en acero y que, por último, debido a su peso le da estabilidad a la casa.



Como se mencionaba anteriormente, el anclaje es uno de los elementos diferenciadores de las otras tipologías de casas. Normalmente, se realizan entre dos y cuatro anclajes a la casa, siendo éstos las únicas conexiones con tierra firme. Es posible tener otras conexiones, pero éstas son para suministro de energía eléctrica, la cual puede ser proveída por medio de instalaciones de abastecimiento ubicadas en un muelle; en otras casas utilizan combustibles fósiles como fuente de energía. En cuanto al suministro de agua potable, también es posible contar con redes que desde un muelle conecten los depósitos del líquido vital a las casas; sin embargo, algunos modelos de casas le apuestan a la sostenibilidad y cuentan con sistemas de desalinización del agua de mar.
Aunque Ámsterdam es la ciudad pionera y cuenta con más de 2.500 familias que viven en este tipo de casas, algunas de ellas ubicadas en Ijburg, el barrio de casas flotantes más grande del mundo y que tiene cerca de 150 edificios interconectados entre sí, otros países han adoptado la idea. En Corea del Norte, por ejemplo, el hotel Haegeumgang es la muestra que se pueden llegar a construir edificaciones más complejas y de varias plantas.



Colombia no se queda atrás. Una reconocida universidad diseñó una casa “anfibia” flotante autosuficiente, que puede ser la solución para zonas azotadas por inundaciones en nuestro país. La casa tiene un sistema que la eleva más de dos metros evitando las arremetidas del agua y, que además, fue diseñada para que su precio fuera similar a una casa de interés social, alrededor de los 40 millones de pesos. Por otro lado, puede soportar cerca de 8 toneladas en su interior, lo que equivale a los enseres básicos y hasta seis habitantes.



En materia de precios, estos pueden variar mucho entre una y otra casa flotante. Todo depende del número de plantas, de su tamaño, del fabricante y de los lujos que tenga. En Ámsterdam es posible encontrar casas de 170 m2, tres plantas, todas las comodidades de una casa en tierra firme y que cuestan alrededor de los 600.000 euros. Las casa “anfibia” colombiana es mucho más austera. De poco más de 35 m2 y está dirigida a familias damnificadas, de ahí que su valor sea tan bajo. De igual manera, no se debe olvidar que existen otros gastos asociados como por ejemplo el “aparcamiento” de estas casas en un muelle marino y que es similar al valor cobrado a una embarcación normal; cerca del 21% de IVA. El aseguramiento de este tipo de casas es un poco más costoso y el mantenimiento es necesario hacerlo más frecuentemente debido a las condiciones a las que se encuentra expuesta.
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“Las casas flotantes tienen una arquitectura similar a un edificio pero se basan en los conceptos de flotabilidad de un barco, lo cual es posible por medio de la construcción de un “vaso” de concreto reforzado que debe estar completamente sellado y ser homogéneo”.
CONCLUSIÓN
Finalmente, estos proyectos siguen inmersos en investigaciones que solucionen problemas como la eutrofización, la cual se podría generar en el caso de construcción de muchas casas flotantes en cuerpos de agua de corrientes muy lentas, por ejemplo los lagos. Este fenómeno se presentaría debido al poco ingreso de luz al agua, que acabaría con la vida de varios seres acuáticos generando procesos de descomposición que aumentan los nutrientes y permiten el crecimiento de algas que producen malos olores, haciendo de ésta manera, menos atractiva la idea de vivir sobre el agua.